La Palma de Pascua
Martes, 1 de abril del 2014
Esta fiesta religiosa tiene un marcadísimo carácter popular, y sus llamativas procesiones hacen que sea una de las liturgias más seguida y participada en toda España.
Con el Domingo de Ramos se inicia la Semana Santa con el recuerdo de las palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén. Pero no una entrada de Jesús como el esperado Rey, sino como humilde ‘servidor’ que vive de la palabra de Dios.
Los Ramos de olivos tienen un significado: en aquel entonces los olivos eran uno de los tantos símbolos de vida. Los ciudadanos de Jerusalén ven a Jesús trayendo ‘vida’ al paso por el monte de los Olivos y buscan ramas para saludarlo.
La procesión que conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén tiene un carácter festivo y popular. A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión.
Sin embargo es preciso explicar sobre el significado de la celebración, para que se entienda su sentido. Es oportuno subrayar que lo verdaderamente importante es participar en la procesión y no simplemente procurarse una palma o ramo de olivo; que estos no se conserven como si fueran amuletos, con un fin curativo o para mantener alejados a los malos espíritus y evitar así, en las casas y los campos, los daños que causan, lo cual podría ser una forma de superstición.
La palma y el ramo de olivo se conservan, ante todo, como un testimonio de la fe en Cristo, rey mesiánico, y en su victoria pascual.